¿Quién se puede resistir a una tortilla de patatas?
Típico plato de la cocina española y uno de mis favoritos, ¡sin duda!
En una alimentación vegetariana en la que el huevo no forma parte de la dieta hay una manera muy fácil de comer este manjar. Realmente esta es una de las recetas que más se parece a la original, ya que el sabor de la harina de garbanzos imita al huevo tanto en sabor como en textura una vez cocinada.
Cierto es que hasta encontrar tu punto vas a tener que practicar, pero te puedo asegurar que desde la tortilla número uno que hagas te vas a quedar con la boca abierta con el resultado.
Vamos a necesitar:
- 4-5 Patatas medianas
- 1 Cebolla
- 1 Diente de ajo
- Harina de garbanzo (De 6 a 9 cucharadas)
- Vaso de agua(1 ó 1 ½ )
- Aceite de oliva
- Pizca de Sal, pimienta y cúrcuma
Los pasos a seguir son exactamente iguales a la tortilla de patatas tradicional, a excepción de batir el huevo, que en este caso lo que haremos será batir la harina de garbanzos junto con el agua.
Como no soy muy fan de los fritos, hago un poquito de trampa y hiervo antes un poco las patatas para luego acabarlas de hacer en la sartén, demás así luego serán más fáciles de pelar. Si tú también quieres trampear cuidadín con el hervido, si nos pasamos de tiempo las patatas se rompen fácilmente y acabaremos con una pasta de patata. Luego haremos pequeñas láminas intentando que sean lo más parecidas las unas a las otras.
Si no quieres trampear, siempre tendrás el modo tradicional de fritura poniendo en una sartén aceite de oliva y dejándolo calentar para freír las papas. El truco del frito es poner bastante cantidad de aceite y que éste esté caliente. Luego las ponemos sobre papel absorbente y dejamos que escurra el exceso de aceite.
Mientras hierven, haremos un sofrito con el diente de ajo y la cebolla y reservamos. Si optamos por la fritura, pondremos la cebolla tres minutitos después de añadir las patatas a la sartén y les añadiremos sal.
Para hacer la mezcla del “huevo” os recomiendo que utilicéis las cantidades a modo de guía, pero como siempre, experimentéis con vuestras cantidades. La idea es que quede una textura espesa muy parecida al huevo batido. Si te pasas de agua y la dejas muy líquida a la hora de ponerla en la sartén se te pegará quemándose la parte de abajo y tardando siglos en espesarse. Siempre es mejor pasarse de harina que de agua.
A la mezcla añádele sal, una pizca de pimienta y cúrcuma. También le podrías añadir orégano, albahaca o cualquier otra especia o hierba aromática para hacer diferentes versiones.
Una vez lo tengas todo hecho, sólo nos quedará poner en una sartén antiadherente un chorrito de aceite de oliva, dejarlo calentar y echar la mezcla. Con fuego medio a los 4-5 minutos la volteamos. ¡¡¡Cuidadín con hacer acrobacias!!! Sírvete de un plato hondo para girarla. Después, la dejaremos un par de minutillos más hasta que veamos que está hecha.
Yo le voy dando varias vueltas para asegurarme de que se hace bien tanto por dentro como por fuera.
Podemos acompañar la tortilla con la ensalada multicolor, una ensalada verde o una ensalada de espárragos, tomate y albahaca.. mmmmm…!!! ¡Queda deliciosa!
Lo mejor de toda la receta es cuando dices a los comensales que no lleva huevo, ¡le alegrarás la vida a los alérgicos al huevo y a la leche!
¡Qué la deleites!