¿Qué es lo verdaderamente importante para ti?
Hace un tiempo me hice esta pregunta, la cual puso en Jake toda mi vida. ¿Qué es lo que realmente me importa?
Esta pregunta derivó a otras tantas como; ¿En qué ocupo la mayor parte de mi tiempo?¿Dónde estoy poniendo mi foco? ¿Realmente le estoy sacando todo el jugo a mi vida? ¿Estoy donde quiero estar?
Pararnos a mirar dónde estamos nos da la oportunidad de redirigir hacia dónde queremos ir.
Lo más interesante de todas esas preguntas fueron las respuestas, la conclusión que saqué fue: Lo realmente importante en mi vida es saber que estoy dando lo mejor de mi y que le saco el mayor partido posible a mi existencia.
Lo realmente importante para mi es saber que estoy viviendo plenamente explorando mi pleno potencial. ¡Wow! Hasta ese entonces no había profundizado en lo que realmente es prioritario. Las primeras respuestas suelen ser, “mi familia”, hay gente que prioriza su trabajo, “ser feliz”, pero realmente no son respuestas concretas. La pregunta que te propongo va más profundo, va dirigida a tu alma.
Revisé mis acciones diarias y me di cuenta que dedicaba mucho tiempo a cosas que realmente no encontraba interesantes (como dar muchas vueltas por las redes sociales, enredarme con el móvil, pasar demasiado tiempo con gente que realmente no quería estar, etc. ) que no iban enfocadas a mi verdadero propósito: Vivir en plenitud.
Para poder vivir plenamente al máximo necesito un vehículo (mi cuerpo) y una gasolina (la alimentación). Curiosamente esa gasolina va a ser la que transforme mi cuerpo, así que decidí priorizar mi alimentación.
Aprendí a escoger alimentos inteligentes, que me centren, me llenen de energía y me guíen hacia mi propósito.
Teniendo claro lo que quiero, priorizo mi tiempo a aquello que quiero conseguir, entonces cambié el tiempo invertido en cosas que no me acercaban a aquello que era importante para mi, por acciones que me acercaban a mi objetivo.
Y lo que sucedió fue:
- Al evitar actividades innecesarias obtuve más tiempo para organizar mi alimentación.
- Organizando mi alimentación prioricé tener tiempo para cocinar aquello que sabía que me beneficiaba.
- Se acabaron las excusas de “no tengo tiempo”. Cualquier momento es bueno para hacer lo que me va a llenar de vida.
Al principio le tuve que poner más atención, pero poco a poco todas esas acciones se fueron convirtiendo en hábitos, hasta que llegó el día que las había interiorizado tanto que ya ni me daba cuenta que las estaba llevando a cabo, ¡¡sin esfuerzo!!
A día de hoy esos hábitos están tan instaurados que todas esas pautas se hacen por si solas.
Tengo claras mis prioridades y mi objetivo me orienta sin perder la motivación.
En su día todas esas preguntas me guiaron a llevar un estilo de vida y filosofía que prioriza la toma de conciencia.
Dónde estoy y dónde quiero llegar son preguntas que nunca deberíamos dejar de hacernos.
Cada uno hace lo mejor posible en función de sus prioridades.
La gran pregunta es: ¿Sabes cuáles son tus prioridades? ¿Estás dónde quieres estar?
Toma la responsabilidad de tu vida y atrévete a vivir plenamente. Obtendrás una grata recompensa.
¿Quieres saber más?: En las consultas personalizadas te ayudo a trazar un plan idóneo para conseguir todos tus propósitos.