En otoño toda la naturaleza va calmándose, relajándose, disminuyendo su intensidad y transformando la energía en energía de concentración.
El clima ligeramente va cambiando, los árboles empiezan a desprender sus hojas y a concentrar toda su energía en las raíces, los alimentos que nos da la tierra se vuelven más densos, más concentrados… todo nos incita a recogernos y a relajar la energía tan expansiva del verano e ir concentrando su energía en el interior para prepararnos y poner foco para el invierno.
El otoño es una estación de transición donde se nos da la oportunidad de liberarnos de la acumulación de líquidos y excesos del verano para ir sacando los tóxicos a través de los órganos depurativos y así llegar al invierno de una forma equilibrada, habiendo sacado el exceso de frio y previniendo posibles resfriados y gripes.
No se trata sólo de cuidarse cuando estamos enfermos, se trata de llevar un estilo de vida y alimentación equilibrada para gozar de una salud constante.
La alimentación macrobiótica nos ayuda a lograr una mayor coherencia con el entorno interior y exterior, tomando en cuenta nuestra constitución, sexo, estado de ánimo, edad, entorno… sin olvidar que somos parte de algo que está vivo, la Tierra.
A través de la observación y relación con los ritmos de la naturaleza, logramos obtener un estado de salud físico, mental y emocional óptimo.
Así como los árboles se desprenden de sus hojas, nosotros nos desprenderemos de los excesos a través de los pulmones, la piel y el intestino grueso, órganos encargados de la excreción de tóxicos en nuestro organismo que reforzaremos especialmente en esta estación, ya que de ellos depende nuestro éxito en esta transición hacia el invierno.
Si te sientes estancado, melancólico, triste… estos consejos van especialmente dirigidos a ti, para recuperar tu confianza, tu claridad y tu felicidad apoyándote en la alimentación energética.
Los alimentos que nos ayudarán a mantener estos órganos y emociones saludables son precisamente los que están de temporada en otoño. Las verduras dulces de raíz nos ayudarán a calentarnos internamente, nos nutrirán con sus betacarotenos protegiendo y regenerando nuestra flora intestinal y nos aportarán el dulzor que necesitamos.
Los cereales integrales como el arroz, la espelta y el mijo nos ayudarán a concentrar toda esa energía hacia dentro y nos equilibrarán el azúcar en sangre, manteniéndonos energéticos durante todo el día y ayudándonos a equilibrar nuestro estado de ánimo.
Las legumbres siempre serán nuestras mejores aliadas, sin pasarse con las cantidades para que no resulten indigestas. Es un buen momento para hacer estofados de verduras con garbanzos, lentejas, soja negra, etc. Ideal acompañarlos con verduras de mar como la arame o la hiziki.
Introduciremos sabores más picantes, que nos ayudarán a calentarnos internamente y a dar salida a las toxinas que se hayan quedado estancadas en los pulmones, piel e intestino grueso; jengibre, rabanito, daikon, hojas verdes pequeñas como los berros y la rúcula con ese sabor ligero picante nos ayudarán a equilibrar esta energía y nos permitirán mover los excesos hacia afuera.
¡Hora de volver a las cazuelas! Disminuir el consumo de crudos y aumentar los potajes, cremas, estofados. Las cocciones con fuego lento nos permitirán sacar el dulzor de los alimentos y aportarán a nuestros platos un sabor muy emocionalmente nutritivo.
Menos es más, por lo que si no quitamos lo que nos daña no permitiremos la recuperación a nuestro organismo.
Alimentos densos y que generan mucosidad como los lácteos (natas, leche, mantequillas, quesos cremosos, yogur), los azúcares y los refinados (pasta blanca, pan blanco, bollería industrial, etc.) nos dañarán la energía de los pulmones, estancarán todo ese exceso de mucosidad e impedirán un buen estado de salud.
Es hora de reservar para el verano que viene los helados y bebidas frías, ya que ahora el cuerpo lo que quiere es calorcito y mucha verdura de raíz. ¡Necesitamos estar con los pies en la tierra!
De ahí a que ayudemos a través de la alimentación a cumplir la función naturalmente depurativa de estos órganos.
Aún sabiendo todos los alimentos que son beneficiosos para nosotros, ésta es una muy buena época para realizar la práctica del ayuno y deshacernos de lo que ya no se necesita.
Es hora de recoger nuestra energía, concentrarla y almacenarla para enfocarla hacia nuestros nuevos objetivos. ¿Estás contento con la vida que llevas? ¿Qué te gustaría cambiar?
Llegó la hora de la introspección, y la alimentación es una buena herramienta para darte la claridad que necesitas.
¡A disfrutar del otoño!
*Todos estos consejos están dirigidos a personas que gozan de un buen estado de salud y en ningún caso reemplazarán los consejos dados por un consultor, médico o terapeuta.*