Cuando hablamos de cambiar nuestros hábitos hacia una alimentación y un estilo de vida saludable uno de los obstáculos que nos podemos encontrar son con nuestras propias creencias limitantes. Es algo que realmente no es cierto pero que nos lo hemos repetido tantas veces que nos lo hemos creído, por lo que para nuestra mente sí es cierto, así que lo damos por bueno.
Nuestras creencias forman parte del mundo que experimentamos. Éstas son una percepción de la realidad que nos ayudan o impiden avanzar, desarrollarnos como personas o alcanzar todas esas cosas que realmente deseamos.
Pero, ¿y si miramos más allá? ¿Y si trabajáramos nuestras creencias limitantes y las transformamos en creencias vigorizantes?
Que nos empoderen y nos ayuden a alcanzar ese bienestar soñado.
Llegó la hora de mandar a nuestro cerebro la opción de que sí podemos, y sólo así crear la realidad deseada.
Es por ello que aquí te traigo 4 creencias vigorizantes que logran los resultados que deseas.
CREENCIA #1: PUEDO CONSEGUIR TODO LO QUE ME PROPONGA.
¿Te ha pasado alguna vez que has logrado algo que pensabas que era imposible? Puede que ahí hayas confiado tanto en ti que lo hayas hecho real. Visualízate en la meta. Ponle foco e intención. Confía, ¡eres capaz!
Henry Ford decía: “Si crees que puedes, tienes razón; si crees que no puedes, tienes razón”
CREENCIA #2: SOY CAPAZ Y AUTOSUFICIENTE DE CREAR MI PROPIA REALIDAD.
Esta va cogida de la mano con la creencia número uno. Tenemos que ser conscientes de que si nosotros mismos no pensamos y creemos lo que podemos conseguir, nunca se va a dar. Primero tiene que ser una imagen en nuestra mente y luego la haremos realidad, creándola.
CREENCIA #3: MEREZCO TODA LA ABUNDANCIA DEL MUNDO.
¿Tienes problemas en aceptar regalos,ayuda, cumplidos y/o dinero? ¿Aún no te crees merecedor/a de toda la abundancia?
Si yo rechazo aquello que me dan estoy generando una energía de rechazo. Ese «no lo quiero» en nuestro inconsciente nos resuena como un «no lo merezco». Eres merecedor, eres merecedora, abréte a recibir aquello que ya has dado. Pide abundancia, ¡eres abundancia!
CREENCIA #4: SOY LA PRINCIPAL RESPONSABLE DE MI FELICIDAD.
Se acabó echar balones fuera. Solemos culpar a los demás sobre aquellas cosas que nosotros no nos paramos a gestionar. Nadie más que uno mismo es responsable de la felicidad que siente. Si consideras que no eres feliz no es por «culpa» de las otras personas. Si empiezas a hacerte responsable de ti mismo y tus actos te ayudará a estar más cerca de tu felicidad. Ser conscientes de que nosotros somos los principales responsables de nuestra felicidades nos hará tomar acción sobre aquellas cosas que queramos emprender.
¿Te habías planteado antes la importancia de tus creencias?
Te propongo un juego: Copia o imprime el póster de las creencias vigorizantes y léelas cada mañana al despertar.
Verás que algo cambia.
¡Estaré encantada de que me cuentes tus reflexiones!